jueves, enero 25, 2007


Inma Mayol, de profesión: eco-guay.

Inma Mayol, teniente de alcalde del Ayuntamiendo de Barcelona y mano derecha ,sentimental y políticamentente, de Joan Saura, líder del ICV (Iniciativa per Catalunya - Izquierda Unida) cobra 100.000 euros al año. (Información publicada por diarios de diversa índole como El Punt o La Razón).

Hasta ahí, nada especialmente llamativo.
Pero sí me resulta bastante relevante el hecho de que esta mujer declarase hace escasos días a un diario catalán que se consideraba "antisistema", literalmente.

Mmmm...

Mi pregunta es: ¿Se puede ser antisistema y enriquecerse con él? ¿Qué opináis vosotros?
Y todo esto proviene de una señora que, junto a su pareja, Joan Saura, dispone de una casa que incumple la normativa municipal respecto al medio ambiente en la bonita localidad de El Port de la Selva (Girona). También se autodefinen como ecologistas, o mejor dicho, eco-socialistas.

Lo peor de todo es que hay gente joven que pica y se cree a pies juntillas una visión del mundo concreta por parte de estos líderes políticos que parecen adoctrinadores de una secta común: "Predico lo que predico pero no tengo por qué predicar con el ejemplo".
Mucha gente, que por otra parte les vota por eliminación o porque se quedan con la cantinela idealista de siempre. Se quedan en eso. Luego, su partido se encarga de la Conselleria d'Interior (El equivalente al Ministerio del Interior en el Gobierno Central) y desalojan a los okupas de turno de la misma manera que hacían los demás partidos. Con buen rollito y echándole unos tiritos al peta de rigor del compañero, pero igual que los demás.
Me parecen la misma calaña o al mismo nivel de progresismo-guay que el de los actores españoles. Gente muy dada a utilizar recurrentes demagogias para ganarse el aplauso y la simpatía fácil. También a nivel de votos.
Menudo elenco de pijos trasnochados por el consumo indiscrimanado de maría.

Le voy a preguntar a mi madre, que qué coño hay que estudiar en esta y vida y cómo hay que pensar para ganar una morterada a final de mes, tener una imagen pública progre y guay (por este orden) y tener, o aparentar tener, la conciencia más tranquila del planeta. Sostenible, "és clar".